La moral del Budo

Hablar de moral, ética, significa trazar una línea entre Bien y Mal. Por lo que la objetividad es prácticamente imposible y se entraría en un debate interminable dadas las diferentes interpretaciones según la religión profesada y el entorno cultural de cada individuo.

No es la intención de estas páginas dar lecciones de moral a nadie, tan solo aclarar términos inherentes a la práctica de las Artes Marciales y desde este exclusivo punto si se pude hablar, incluso debatir, sobre los principios éticos y morales que estuvieron presentes en el llamado «Budo Tradicional» y sus modernas interpretaciones.

En este aspecto voy a intentar ser lo más objetivo posible, siguiendo los postulados de este sitio web, argumentando desde una posición puramente académica y desde el punto de vista de un Budoka y, por tanto, partiendo de la idea confucionista de su estructura y concepto.


Diferencias entre Koryu y Gendai

Koryu (古流) significa literalmente «estilo (o escuela) antiguo» y se refiere a aquellas artes marciales, escuelas o estilos creados y desarrollados en los periodos anteriores a la entrada de Japón en el mundo moderno (1868).

Aunque es un periodo excesivamente amplio en el que diferentes corrientes de pensamiento y acontecimientos históricos influyeron en la práctica y concepto de las artes marciales, puede generalizarse afirmando que su ética estaba basado en las escuelas confucionistas.

En realidad este periodo puede y debe dividirse en tres eras: el Japón primitivo cuya ética procede de la religión Shinto; el Japón pre-feudal marcada por la influencia china y, por tanto la entrada del budismo, el confucionismo y el taoismo y el periodo del shogunato Tokugawa en el que, debido a la política de aislamiento, se produce una mezcla de todas las tendencias de pensamiento, primando el comportamiento social derivado del confucionismo.

Gendai (現代) significa literalmente «Edad Moderna» y hace referencia a las artes marciales creadas a partir de 1868 o bien adaptadas en sus planteamientos éticos y sus métodos didácticos a la modernidad. Desde este punto de vista estrictamente académico todas las artes marciales actuales son «Gendai» ya que, de una manera u otra, se han adaptado a nuestros tiempos.

Igualmente conviene distinguir en dos periodos históricos marcados por la II Guerra Mundial ya que en la etapa prebélica el ultranacionalismo japonés creó su propio postulado ético al propugnar por la superioridad del «Espíritu japonés» considerando el resto de etnias asiáticas como inferiores. Tras su derrota y la prohibición de las Artes Marciales, éstas fueron reinventadas dotándolas de un cuerpo doctrinal basado en la no-violencia, motivo por el cual son asemejeadas a las tesis budistas y aceptadas por el Mando Aliado.

 

Por tanto y siendo exageradamente rigurosos y academicistas, puede decirse que el Budo moderno, en su sentido japonés original, posee una ética ecléctica, marcada por el confucionismo, ideales budistas y ritos y simbolismos shintoistas sin que esté clara la diferencia, en este sentido de la ética, entre Koryu y Gendai.


Concepto de moral

Como ya dije no voy a intentar escribir un tratado moralista ni sentar una doctrina acerca del Bien y del Mal, no es ése el objetivo de estas páginas. Sencillamente se trata de aclarar y describir el sentido de la moral cofucionista inherente en la práctica del Budo y, por tanto arrojar un poco de luz en el significado de algunos comportamientos y gestos.

El microcosmos del Budo

El confucionismo (y algunos, la mayoría, de los estudios sociológicos modernos) establecen que la sociedad se estructura en parcelas que no son sino piezas que van repitiendo, componiendo y perpetuando el conjunto del Estado o sociedad.

En términos generales, el primer escalafón es el núcleo familiar que, a su vez, se integra en una comunidad más grande estructurada alrededor de un antepasado común. Cada familia convive y se socializa en el pequeño entorno de un barrio, municipio, provincia y, por último, el Estado. Cada individuo forma parte de un grupo: amigos, entorno laboral, etc., que a su vez forma parte de una estructura más grande.

Por tanto y retomando las tesis confucionistas, alguien superior, el Hombre Sabio, ocupa el lugar de Autoridad, del que emana el Buen Juicio que mantiene el grupo social en armonía con el resto, del mismo modo que ocurre en la Naturaleza, en la que las distintas especies y fenómenos mantienen un perfecto equilibrio.

La máxima Autoridad es el Cielo, de donde emanan todas las leyes y normas. El Cielo confucionista no es equiparable al Dios omnipotente y omnipretente judeo cristiano, sino más bien el concepto abstracto de Autoridad Moral y Sabiduría, gracias a la cual organiza y ordena (en el sentido de poner orden) los fenómenos y procesos naturales.

Cada grupo y cada individuo cumple y debe cumplir un determinado papel en ese Orden Celeste. Es aquí donde se establecen los principios morales que, resumiendo, vendrían definidos por «cumplir o no el papel» asignado a la posición ocupada, teniendo en cuenta que el incumplimiento traería como resultado la ruptura del Equlibrio y la Armonía.


Si cada grupo social es una réplica de éste modelo, es fácil extrapolar sus líneas fundamentales al Budo entendiendo éste como una comunidad subdividida en las diferentes disciplinas que, a su vez, están compuestas por escuelas o estilos con unos principios técnicos comunes. Cada Escuela o Estilo (Ryuha) es el equivalente al clan familiar de la estructura social cuya mínima unidad es el gimnasio o dojo.

Siguiendo este patrón, las Escuelas se estructuran en un sistema que sigue el patrón de Autoridad basada en el Conocimiento y cada escalafón lleva inherente unas normas de comportamiento y unas obligaciones para con la Escuela, es decir, no se trata tanto de ostentar un cargo sino de ejercer una determinada función ya que, recordemos, el confucionismo parte de la idea de igualdad reconociendo únicamente la superioridad moral del «Hombre Sabio».
La estructura clásica es la siguiente:
Soke literalmente «Cabeza de Familia». Es el depositario del conocimiento de la escuela, sus principios técnicos y táctico, así como la Autoridad para dirigir el rumbo de «la familia». Su papel consiste en mantener la armonía entre todas las ramas, grupos y miembros del Clan, así como mantener intacto el conocimiento heredado dirigiendo su ritmo y dirección evolutiva.
Shihan literalmente significa «Modelo», «A quien hay que imitar». No es una Autoridad en sí mismo, aunque puede asumir algún tipo de poder por delegación de funciones, principalmente el dirigir los ritos. Sin embargo, este poder queda limitado ya que atribuirse funciones como marcar los principios técnicos y morales o tomar decisiones que afecten a la armonía y equilibrio de la organización supone una usurpación del papel de «Cabeza de Familia», con la pérdida moral que implica.
Sensei tiene el significado de «Profesor» o «Maestro». Dado que esta palabra suele tener unas connotaciones de cierta superioridad en occidente, lo cierto es que su significado literal «Aquel que nació antes» viene a decir que posee un mayor grado de experiencia y, por tanto, está en condiciones de enseñar a los más jóvenes, es decir, iniciarles en los principios técnicos de la Escuela. De estas primeras enseñanzas depende la integración en la Escuela, es decir la armonización del estudiante con el grupo social. Parte inherente a su papel consiste en fomentar el espíritu grupal y mantener el equilibrio entre sus miembros.

Como en todo núcleo familiar existen los «hijos mayores» que toman bajo su cuidado a los «hijos pequeños». Esta es la base de la relación sempai (hermano mayor) – kohai (hermano menor).

La relación Maestro-Alumno

La unidad más pequeña del universo del Budo es el dojo o gimnasio y del mismo modo que el núcleo familiar, su estructura se basa en qué papel juega el profesor (autoridad) y que papel el alumno (subordinado).

Antes de continuar con el análisis, me gustaría aclarar que, en este punto concreto, carece de importancia el título que tenga cada miembro. Es decir, sería lo mismo un dojo o clase formado por un soke y un número indeterminado de shihan o principiantes o mezcla de ambos, en este ejemplo el Soke tiene la función de Sensei, el Shihan de Senpai y otros menos aventajados el de Kohai.

Aunque suene a perogrullada, la función de un profesor es enseñar y para ello antes ha debido ser adecuadamente formado. Siguiendo el modelo confucionista no se puede ejercer una autoridad, ejercer un cargo u ostentar un título si no se tiene o se mantiene la virtud (moral) que conlleva.
A efectos prácticos, esto se traduce en que quien ejerce u ostenta el título de Sensei debe, por experiencia, poseer dos características: la calidad técnica de la Escuela y la moral o calidad humana necesaria para investirse de la Autoridad que el cargo confiere.

Si la función de profesor es enseñar, el del alumno es aprender. Aprender, en japonés, es una palabra que implica no solo atender, respetuosamente, al profesor, sino practicar, investigar, perfeccionar sus enseñanzas, aprehendiendo, asimilando los principios técnicos en los que éstas se fundamentan. Si tan solo se siguen las indicaciones del profesor, sin comprender la razón por la que tales indicaciones son hechas, la labor de aprender no se completará o se hará inadecuadamente. De ahí que la labor del Senpai sea la de guiar apropiadamente a sus hermanos pequeños.


Conclusión y Resumen

Es cierto que la sociedad del siglo XXI es más democrática y horizontal, menos jerarquizada y no es menos cierto que el Budo y sus practicantes deben vivir y pensar según los tiempos que nos tocan vivir, más aún cuando, como decía al principio, en nuestra sociedad actual coexisten múltiples formas de entender y ejercer la autoridad y la moral.

Vivimos una época complicada en la que el Conocimento es la clave y compartir ese Conocimiento cobra una relevancia especial. Sin embargo, también puede darse, de hecho es demasiado frecuente, un mal uso de la facilidad de difusión de pensamiento.

Se usan sin ningún tipo de criterio fragmentos de información que, sacados convenientemente de contexto, dan como resultado una malinterpretación de la moral y ética relacionadas con el Budo. La lista de ejemplos podría ser interminable, aunque pueda ser suficiente como botón de muestra la profusión de títulos y cargos vacíos de contenido, opiniones lanzadas como dogmas de fé pero carentes de base argumental alguna y que, desgraciadamente, suelen usarse como armas arrojadizas lo que pone aún más de manifiesto la falta del sentido moral al que aluden estas líneas.

Hoy se entiende la práctica de Artes Marciales en su faceta de actividad deportiva y encuentro quienes reniegan de ella reivindicando una filosofía como aspecto distintivo e identitario. Sin querer menospreciar a quienes así opinan, hecho en falta alguna tesis que ponga sobre la mesa las bases y fundamentos de esa filosofía, un cuerpo doctrinal sobre el que debatir.

Aunque de manera muy resumida, he intentado exponer los puntos en los que la moral del Budo se fundamenta, invito pues a recapacitar y a ocupar, cada quien, el puesto que honestamente le corresponda

Una respuesta a La moral del Budo

  1. Noé Ramírez Velázquez dijo:

    Saludos.
    Soy un hombre mayor de 50 años. Tuve una formación por parte de mi padre con muchos principios y valores.
    El los desarrollo con el conocimiento que le dieron las experiencias de su vida.
    El no adopto ninguna doctrina y mi conclusión sin juicios es que logro sus metas como padre.
    Como hombre fuerte hasta su lecho de muerte.
    Yo estoy deseoso de conocimiento y consiente que no puedo dar ninguna opinión en este foro.
    Voy a estudiar toda la información que hay aquí quiero encontrar algo real que no esté contaminado por criterios románticos o ajustados a intenciones vanidosas o ególatras.
    Gracias por su atención.

    Noé Ramírez Velázquez.

Replica a Noé Ramírez Velázquez Cancelar la respuesta